domingo, 6 de abril de 2014

Más fuerte, más lejos, más alto

En pocos días más, entre el 16 y 20 de Abril, automóviles de la década del 20, cuatro Ford modelo T, encararán el reto de transitar la ruta 40 en el tramo San Antonio de los Cobres - Cafayate, atravesando el Abra el Acay.

Parafraseando el lema olímpico, la motivación de este desafío se puede resumir en estas tres palabras latinas: Fortius, distantius, altius: más fuerte, más lejos, más alto.

Estos vehículos ya han demostrado a través de los años su fortaleza, que se impuso al paso del tiempo y perdura en el resonar de sus motores. Lejos han llegado, transitando por caminos de todo el mundo, cuando aún no eran caminos. Para demostrarlo, uno de los autos participantes recorrió el país y países vecinos hace pocos años, uniendo La Quiaca con Ushuaia y Punta del Este con Valparaíso.

Estos cuatro “ancianos” diseñados hace más de 100 años, representantes del Primer Club del Ford T de Argentina con sede en Córdoba, encaran ahora el reto de ser más fuertes, llegar más lejos y volar alto, muy alto: Abra el Acay: el punto más alto del mundo de una ruta regular. Cinco mil  metros de altura, cinco mil desafíos.

Este vehículo, que fue seleccionado por más de un centenar de periodistas especializados de todo el mundo como el auto del siglo,  ha dejado hace tiempo de ser simplemente un automóvil; fue creciendo en el corazón y el recuerdo de mucha gente y actualmente es un símbolo, no solo del automóvil, sino del cambio social que produjo.
Técnicamente incluyó innovaciones importantes para la época, como el block de una pieza con culata desmontable, su magneto, la alta resistencia y bajo peso de su acero gracias al vanadio, sus piezas intercambiables y su suspensión de solo tres puntos de soporte. Todas estas mejoras apuntaban a dos características que definían su diseño: simplicidad y robustez.
Si su tecnología fue revolucionaría para la época, su proceso de fabricación a gran escala exigió a Henry Ford todo su esfuerzo para eficientizar el proceso de fabricación, y esto constituyó otra revolución: la cadena de montaje, el aumento al doble de la remuneración de sus trabajadores, la planificación y documentación de la producción, el marketing y su cadena de distribución son los principales pero no los únicos ejemplos de esos cambios que, por su importancia son, aún hoy, objeto de estudio para la ciencia de la Administración.
Pero la verdadera transformación que produjo fue en la sociedad. El 26 de Mayo de 1927, cuando se terminó de armar el último de los 15.000.000 de Ford T, el mundo era muy distinto al que existía a su nacimiento, en 1908. Había sido transformado profundamente por este vehículo en muchos aspectos: el intenso tránsito, la ampliación de la red vial, las nuevas estaciones de servicio y talleres, la necesidad de la clase media de tener un automóvil propio, hasta la arquitectura fue alcanzada por este efecto, exigiendo la inclusión de un garaje en cada casa.
Sus características técnicas y el método para su fabricación redujeron su precio a valores casi ridículos y cualquier obrero podía comprarlo con pocos meses de su sueldo. Nació  humilde y así pudo llegar a millones. Aún en su vejez sigue siendo democrático: con un costo que actualmente no excede el de un auto chico moderno, una mecánica muy simple al  alcance de cualquiera y la facilidad para conseguir documentación y repuestos, está al alcance de cualquier restaurador aficionado que tenga el sueño de subirse a su propio trozo de historia.
Su inserción en la gente común fue muy grande y ello es posible apreciarlo por las emociones que genera a su paso: exclamaciones de sorpresa y hasta bromas en los más chicos, curiosidad  en los adultos...  pero lo que conmueve es la expresión de los  ancianos, mezcla de sonrisa y ensoñación donde se dibujan sus  recuerdos: cuando aprendió a manejar, los días de paseos con sus  padres, las jornadas de trabajo compartido, las visitas a la  noviecita... y cuantos más.
Si hasta pareciera que Henry Ford hablaba en latín: Fortius (más fuerte) suena como Ford T.
No tenía  refinamientos ni acabados; su andar era desparejo  y su estética dejaba bastante que desear. Pero su bajo precio le puso  cuatro ruedas a millones de sueños.

Participantes:
Jacinto Druetto
Hector Gentille
Claudio Di Rosa
Daniel Bollo
Alfredo Civalero
José Sánchez

Cronograma:
16/4   Córdoba – Salta
17/4   Salta - San Antonio de los Cobres (Hotel Las Nubes)
18/4   San Antonio de los Cobres - Abra El Acay – Cachi (Hotel El Cortijo)
19/4   Cachi – Cafayate  (Hotel Munay)
20/4   Cafayate - Córdoba

Contacto:  Daniel Bollo:  +54 351 5322392  dbollo@fordt.org.ar

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